Carta a mi hermano...

Todo empezó hace 6 años, en una Feria de las Flores, tu Tuna no tenía donde quedarse y los invitamos a la convivencia con los de Puerto Rico. Quién iba a decir que de ahí nacería una gran hermandad, que pareció coincidencia y se convirtió en una lindísima realidad. Tus gustos por la fotografía, el gore, la ayuda, el anarquismo, las campañas humanitarias, la buena música, nos hicieron perdernos en conversaciones interminables.

Así nos fuimos haciendo carnalitos, viajes a Morelia, tus viajes al DF, las buenas borracheras, los eternos cigarros, la vida de la Tuna y la chispa que se creó con tu Tuna. Todo eso detonó en una amistad bien grande. Cuando conocí a tu novia, aprendí a quererla como a una hermanita pequeña a quien de repente me gustaba darle buenos consejos y hacerla de que yo era una preparatoriana para sacar permisos y nos la pudieramos raptar un ratito, y ustedes estuvieran juntos. Cuando tu conociste a mi marido, creo que la empatía fue inmediata, sólo habían pasado algunos días y no se separaban, cocinaban juntos, tocaban, cantaban, fumabamos, veíamos pelis, y viviamos como grandes hermanos en el departamento de Nogal.

Pasamos de todo, quizá pocos sabían lo que a veces nos sucedía, pero con dinero o no, siempre compartíamos comida, y lo que tuvieramos cerca para todos alcanzar.Conociste también a Richi, Pay, a mis amigos del Call Center, a mi hermano, cuñada y sobrino, te hiciste amigo de pancho, controlabas a Romina y a Totopo, en fin, te adaptaste a la vida de la ciudad con nosotros de una manera que no imaginabamos. A veces me caías gordo cuando no querías lavar los trastes o fumabas en el baño, pero, era cuestión de aguantarse o acostumbrarse. También luego me enojaba por otras cosas propias de las hormonas, la convivencia, y muchas causas más. Sin embargo, jamás pensé que esos serían los únicos recuerdos que deberé guardar para siempre en mi memoria.

Las juergas, las risas, las lágrimas, el día que intercambiamos beca, los viajes, Ameca, nuestros aniversarios, las mañanitas a Richi, las locuras de Pay, las peleas de Vampiro conmigo en las que platicabas con los dos y te daba risa como nos ignorabamos. Tus riquísimas micheladitas para revivirnos de las crudas, mi cumple, el cumple de la jefa, el viaje a Toluca.
Si sigo no acabo, pero son tantas y tantas cosas que no se olvidan, que me gustaría decirte que estoy enojada, sí, y enojada por que nos dejaste y queriendote tanto, aunque se que los designios de Dios son tan duros de aceptar a veces.

Te diré como te voy a recordar,dormidote hasta tarde, despeinado y riéndote, en huelga por no lavar trastes, con flojera de recoger la casa.... porque si te recuerdo así, también siempre me vendrá a la mente que las personas que quieres, las quieres a pesar de lo que no te gusta de ellas. Y así te quiero y querré siempre, sin condiciones, como a mi hermano, como mi carnal, cómplice, amigo, mi pepe grillo. Mi amigo irreverente, anarquista, bondadoso, sonriente, excelente persona, amigo e hijo, mi carnal el medio borrachín y fumador (como yo, por supuesto,) el bohemio empedernido, fiel y enamorado de su novia, el que respeta a las mujeres como le gustaría que siempre respetaran a su mamá, el abierto, diverso, tolerante y decisivo.

El Tuno Piolas, al que le he llorado casi un río y sigue siendo insuficiente para poder consolar este dolor que sentimos por tu pérdida. Me dejas grandes enseñanzas, y te juro que nadie tocará tu recuerdo, ni permitiré que nadie le falte el respeto a tu nombre y al de tu Tuna, te agradezco que por tí reforce mi concepto de la gran hermandad y le demostramos al mundo entero que juntos vampiro, tu y yo... pudimos sortear todas las adversidades, con mucha fe y esperanza.

Nos quedaron muchos planes, nos faltaron tantos años de gran hermandad, fue tan difícil despedirte, y ver que algo tan terrenal nos separa, y que será dificil afrontar esa ausencia, aunque se que estas con nosotros, claro que nos harán falta tus abrazos, tus palabras, tus conocimientos y tu solidaridad como siempre, como la gran persona que siempre fuiste. Sólo quería hacer patente, el cariño y respeto que siempre te he tenido como amigo, como hermano, gracias por todo, por la familia que nos dejaste conocer, por los buenos momentos con tu Tuna, de quienes siempre hablaste enalteciendo sus virtudes, gracias por la buena música, la buena política y todas las buenas coincidencias. Hasta siempre, Aupa hermano mío, Aupa Piolas...

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