... cobijando sueños lejanos

No se como hoy voy a recobrar el sueño, si es que parece que he despertado en un mundo alterno y no quiero irme...

Me robaste un suspiro y hemos viajado al mundo de lo incierto y desconocido, al planeta de la irreverencia y la adrenalina, a la luna de tu sonrisa y la complicidad. Una estrella nos cobijo al escapar, el sol nos recibió tras la ventana que nos anunció la mañana que acababa de comenzar, ambos ahí mirando cada expresión, observando cada movimiento, analizando cada palabra.

¿No te parece extraño?, antes jamás cruzamos más de una mirada, antes de ese día no prendió la chispa, mucho menos la duda... El universo paralelo en el que hemos vivido estos días me confunde, y es que ¿en realidad lo vivimos?, o ¿sólo fue un sueño como en el que nos encontramos todas las noches?... Estás lejos y me sigo preguntando si se volverán a rozar tus labios con mi mejilla, si es que tus ojos cafés me mirarán tras las gafas, si es que una vez más te escucharé decir cosas dulces al oído...

Traté de escapar y borrarte de mi información y no he podido, das vueltas y remueves pensamientos, congelas ideas, hipnotizas momentos, en los que sólo recuerdo todo aquello, que intento pensar no es real, pero siempre llega a la mente la esperanza de que volverá a pasar.

No se que revolución hay en este mundo alterno, en esta realidad onírica, en este pestañeo que te encuentro a mi paso de frente, otra vez... Mientras descifro que es lo que sucede, quiero regalarte polvo estelar que traza el camino por las noches en las que te sueño y te acaricio, quiero entregarte luciernagas que revoloteen por tu ventana cuando estás a punto de dormir, que velen el camino imaginario donde nos encontramos noche a noche, quiero darte mil estrellas que iluminen cada paso incierto, todo el sol para que te sonría en las mañanas y te recuerde que a la lejanía te cobija la misma luz que nos dió la bienvenida, te presto mi planeta para que vayas de vacaciones de vez en cuando con tu traje de astronauta... Te tomo de la mano para seguir imaginando y delirando, creando y dibujando realidades alternas en planetas lejanos, a la orilla del mar de la inconciencia, en la paz del espejismo del romance, en las arenas movedizas del desierto del que empieza a brotar agua...

Toma tus alas, es hora de despegar, no hay más que un segundo para imaginar, en cada momento reavivar, ese encanto de tus ojos al mirar....

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