Provócame...

Unos dientes que resbalen por la espalda del olvido hasta caer por las caderas ansiosas de vibrar nuevamente, llevan a cerrar los ojos despegando del suelo para seguir volando, imaginando en mi cuerpo una guitarra donde se ejecute cada una de las notas con familiaridad y con certeza de corresponder la voz y el eco de la caja resonante de mi corazón.

No es poesía, no son rimas, son imágenes congeladas en mis pupilas, una sonrisa, una caricia, las miles ideas que fabrico, en el tiempo que se queda vacío con la duda de si nos volveremos a encontrar, si coincidiremos en este viaje espacial, donde estrellas has puesto iluminando mi nombre y en mis ojos has encontrado galaxias profundas y lejanas, que has alabado a la par de un suspiro.

Mi boca, esa que te pronuncia, pide renueves el rocío de tus palabras que me decían el deseo de un beso que recorriera por completo la inmensidad del universo paralelo en el que nos hemos encontrado, no hay más que sentir el escalofrío por la piel, agrandando el significado de los actos, esos que no son prohibidos, ni públicos, pero sí son únicos y borrados de la mente una vez que terminan, y perduran sólo como un intenso sueño que al amanecer se ha desvanecido.

Háblame de mis ojos nuevamente, provocame a besarte, regálame otro suspiro, déjame despertar recordando al menos esa caricia...

Lindos sueños, ente divino....

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