Viaje Cósmico

De las palabras que me dices me he creado un mundo, tan fantasioso como las largas conversaciones.Me perturban tus ojos coquetos, me sonrojan tus guiños perversos, me enamoran tus expresiones apasionadas y tus insinuaciones disfrazadas. Los retos que con la mirada haces para que te mire fijamente y no me separe de tus parpadeos constantes y dibuje hasta en mis sueños lo rizado de tus pestañas.

Me invitas a darte un beso, sólo con tus palabras, me buscas el lado débil para mostrarme tus esfuerzos por ser el sujeto que puede habitar en mis delirios.

Tu boca, esa de la que memorizo el contorno, provoca el revoloteo de mariposas por el cuerpo que aún no has probado.Tus manos, que parecen tocar música a cada instante, deseo que vengan a hacer arte y sinfonía en mi cuerpo, tu amante. Que rocen desde las mejillas hasta la pantorrilla al interpretar canciones al vaivén de las caricias, que con tus sutiles dedos ejecutes mil melodías que duren eternidades y no me recuerden la melancolía de perderte quizá sin conocerte como debería.

Electrizarme por completo a causa de tu voz, se ha hecho cotidiano, como aquel que busca la muerte, inmortalizándose con actos, así llega lo varonil de ese encanto, tu tono acentuado con pasión, me llena los oídos de vibraciones que me llevan al mismo cielo, y me acompañan en el viaje cósmico del enamoramiento ciego. A tientas apenas un poco repuesta escucho tu sonrisa, tan emotiva, tan cautivadora, elocuente y sintáctica. El carisma vive para hacerse en tí.

Mil veces quise conocerte, otras mil deseé encontrarte, y hoy que te tengo deseo tenerte, poseerte y atarte, detener el reloj y raptarte, deseo hacer contigo sinfonías excitantes de deseos inconclusos, de sueños mutuos en los que sí podemos amarnos.

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