Sin ataduras....

¿Quíen afirma, que la seguridad no se encuentra rozando con las manos con el objeto de la fobia?

Caminar lentamente por la mañana, una mañana dominical, de esas que no sale de lo común, encontrando la distancia y la cercanía entre el problema y la solución, he podido meditar por más de un minuto en cuan feliz he sido, ahora que nuestras manos se han encontrado, y es que pensarás, que no es más que darle la razón a la forma en que segura me sentías, y yo sólo digo, ¡Ah que sorpresas nos tiene el destino!, una noche normal, como cualquier otra sin más intento de reencontrar, sin más afán que una plática sincera al calor de unas copas, nada fantástico por esperar.

Pero ahí estuviste, y esta vez no sentí la necesidad de rendirme a lo poco o mucho que me ofreciste, sentada tomé mi ropa y ¡pum! al capítulo que sigue, y no es que te haya dejado de amar, no es que no busque explicaciones, es que en este momento, la mayor intención no es escupirte tus errores, es gozar como debe de ser la vida, los momentos no planeados, las ocasiones inusitadas, me he sentido como tibia llama, que se enciende o se apaga de acuerdo al viento si sopla o se calla.

He sido tocada por los dioses, me llevaste de visita express al universo, y como todo un "superman" regresamos al comienzo, donde los cuerpos hablaron y por primera vez en mucho tiempo el corazón calló, pero no calló de miedo, calló con sabiduría... ¿cómo buscarle fondo a lo que no tiene ni ancho ni espesura?,¿cómo poder ver sin luz, en un cuarto oscuro de fotografía?...

No se que hay hoy, ni espero que haya algo mañana, sólo me siento atenta, perspicaz y está vez, como hace mucho no sucedía, no me siento atada, lo que siento es un hecho, lo que busco, lo he encontrado, al menos una noche, lo que quiero, te lo he dicho, una petición más al cielo no podría ser otra, más que me deje alzar el vuelo, con o sin tus alas, que me deje seguir viviendo, la algarabía del carnaval que es mi vida, que tu tristeza no me haga suya, y que por su puesto, entiendas, el amor no es apatía, el amor es osadía, es atreverse sin reservas es entregarse sin melancolía, la nostalgia se queda, la aventura se une y con una receta conocida, besos, sexo y una cama tibia, los enlaces se hacen perdurables, la conciencia se fusiona con la ceguera y a la par, la vida se disfruta, sin más nada que una mirada que pueda decir te amo, sin pronunciar palabra..

1 comentarios:

Guadalupe Munguia dijo...

A veces pasa, con la gente que queremos mucho, que vivimos situaciones paralelas y, la de hoy, me ha brindado una gran lección: sin miedo ¿verdad? y sin sentirse atada...después de una noche que no presagiaba nada (aunque la mía me hacía temer por una guerra).

En fin, la oferta del café (real y no virtual), siguen en pie.

Besos y gracias por enlazarme, ya también te enlacé en mis dos blogs.

Lupita